2/5/2023 - Economía y Finanzas

Ucrania, la guerra económica y Bitcoin.

Por Fernando Prats

Ucrania, la guerra económica y Bitcoin.

El conflicto en Ucrania y las armas económicas

Hace ya más de un año desde que las tropas rusas invadieron Ucrania, iniciando una guerra cuyo fin aún no podemos esperar en el corto plazo. Por el momento, las pretensiones de ambas partes para alcanzar una resolución parecen incompatibles y, dada la relativa estabilidad que el conflicto ha alcanzado en términos militares, no parece haber un bando dispuesto a hacer demasiadas concesiones en favor del otro. 

El conflicto ha tenido profundas implicancias en diversos ámbitos y geografías: por supuesto para los miles de ucranianos que han visto destruidas sus ciudades y se vieron forzados a desplazarse; para el resto de Europa en términos de una mayor percepción de amenaza por parte de Rusia; para la seguridad energética europea; para la seguridad alimentaria mundial- y en especial la de África-. Sin embargo, el interés aquí está en la utilización de “armas económicas” por parte de la coalición occidental contra Rusia.  

Sanciones, limitación al acceso al sistema Swift, embargos petroleros, son algunas de las armas económicas con las que Estados Unidos y sus aliados han intentado castigar a Rusia por la invasión a Ucrania. Con esto, se esperaba afectar lo suficiente a su economía para obligar a Putin a retirarse del campo de batalla. Más allá del balance a un año acerca de la efectividad de estas medidas, no puede soslayarse la particularidad de las mismas tomadas en su conjunto. Si bien el uso de flujos financieros - o la weaponización de las finanzas- no es nuevo en la política internacional, nos encontramos ante un caso sin precedentes debido a la magnitud y alcance de la maniobra. 

En los últimos años, el sistema internacional se ha tornado más conflictivo, y la guerra en Ucrania es más un síntoma que una causa de esta tendencia. Detrás de esto, podemos observar la creciente tensión entre Estados Unidos y China que se ha manifestado en varias dimensiones, destacándose entre ellas la tecnológica. Una de las principales características que esta tensa relación ha tenido en los últimos años es la frecuente utilización de instrumentos económicos- comerciales o financieros- para perseguir objetivos geopolíticos. Desde medidas de control de exportaciones hasta el uso del peso como socio comercial para influir en terceros países, ambas potencias han utilizado su enorme poder económico con fines políticos. 

Tanto en la creciente disputa por el poder entre las dos principales potencias como en la guerra en Ucrania, se observa que la utilización de flujos económicos constituye una herramienta clave para dirimir los conflictos del siglo XXI. Ahora bien, así como los conflictos bélicos suponen grandes costos para la población civil debido a la destrucción que causan las armas convencionales, lo mismo ocurre con las armas económicas. Las sanciones impuestas a Rusia no afectan únicamente al Estado ruso y a sus “oligarcas”. Al contrario, cientos de miles de rusos se han visto seriamente afectados por las sanciones en su día a día. De esta manera, se observa uno de los frentes en los cuales la creciente conflictividad geopolítica global afecta a la economía internacional. 

A este escenario se le debe agregar otro elemento novedoso y que constituye un elemento central de este análisis: estamos frente a “la primera guerra cripto”. De hecho, las criptomonedas han tomado un lugar de gran relevancia en el conflicto bélico. Por la propia naturaleza de la tecnología, se han utilizado desde ambos bandos. Desde el lado ucraniano, se hicieron masivas donaciones en criptoactivos para la resistencia y para los desplazados por la guerra. Por otro lado, muchas empresas rusas han utilizado las criptomonedas para evitar las sanciones. 

A partir de ello, surge el interrogante de si las criptomonedas- y, por sus atributos y fortaleza relativa frente a otras, especialmente Bitcoin- pueden cumplir el rol de funcionar como herramientas que le permitan a los usuarios sortear los importantes costos impuestos por el juego geopolítico. En un escenario en el que los Estados utilizan crecientemente los flujos económicos- entre ellos los financieros- para perseguir objetivos estratégicos sin perjuicio de los efectos potencialmente negativos que ello tiene sobre los individuos, una tecnología que por naturaleza escapa al control estatal se perfila como una alternativa interesante. 

Sin embargo, incluso los mismos Estados pueden sacar provecho de ella. En este sentido, existe otro caso paradigmático en el que las criptomonedas constituyen un medio para sortear las complicaciones impuestas por maniobras geopolíticas. Este es el caso de Irán, que sufre un embargo comercial por parte de occidente, lo cual afecta severamente sus exportaciones de petróleo. Sin embargo, el país persa ha aprovechado sus enormes reservas de crudo para producir la energía necesaria para la minería de Bitcoin. De esta manera, el Estado iraní “convierte petróleo en cripto”.

¿Puede Bitcoin tomar esta función a una escala masiva? Esta pregunta y otras derivadas de la expansión de la tecnología criptográfica despierta numerosos debates en ámbitos tan diversos que van desde las altas oficinas del Fondo Monetario Internacional hasta foros de Reddit. Responderla hoy sería intentar predecir el futuro. 

Para intentar dilucidar lo que depara el futuro en este sentido, deben seguirse atentamente dos variables: la regulación y la confianza. Por un lado, el avance regulatorio de los Estados y la forma en la que cada uno decida (o no) regular las criptomonedas afectará la capacidad de las mismas para funcionar como herramienta que permita a los usuarios sortear los efectos negativos del juego geopolítico. Por el otro, la medida en la que el gran público acepte y adopte estos activos por fuera de los círculos más ligados a la tecnología y a las finanzas será un importante determinante acerca del éxito de este caso de uso para las criptomonedas.  

Ya hemos visto que las sociedades pueden, a través de la tecnología, disputarle a las entidades estatales su tradicional monopolio de la emisión monetaria. Queda por ver si esta empresa logrará ser exitosa en el largo plazo. Pensar esta cuestión a partir de variables geopolíticas puede aportar a la hora de reflexionar sobre los usos y alcances de esta tecnología.

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fernando prats

Fernando Prats

Hola soy Fernando, estudiante avanzado de la Lic. en Relaciones Internacionales en la UNR. Además, soy Analista Senior de Investigación en London Politica.

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