20/10/2020 - Economía y Finanzas

Un nuevo canje, una nueva posibilidad

Por Guido Lanzillotta

Un nuevo canje, una nueva posibilidad

El acuerdo de deuda entre el gobierno y los acreedores que recientemente se dio a conocer implica mucho más que el nuevo valor que tendrán los nuevos bonos argentinos una vez que empiecen a cotizar en el mercado secundario. En todo caso merecería un artículo puntual dicho análisis, y es fundamental poder interpretarlo para una mirada integral.

El objetivo es centrarnos en cuán importante es para un país y su desarrollo, tener en claro cómo a través del riesgo país y las herramientas que el mercado de capitales nos ofrece, poder transitar de manera eficiente los años por delante.

Argentina lleva consigo una historia económica y política, la cual nos muestra por qué la sociedad, en gran parte, es reacia al mercado de capitales. Sus ciclos continuados de salidas y entradas a distintas crisis económicas, y la falta de unidad en políticas públicas construyen una desconfianza coyuntural que repercute en los inversores de manera negativa. Esto es causal en gran medida, de imposibilitar un desarrollo de herramientas eficientes a través del mercado de capitales que puedan ser útiles para las empresas, los inversores y los gobiernos.

Las prioridades de Argentina como país son bastantes. Y las urgencias que tenemos aún más. Ni hablar si nos situamos en un contexto de pandemia. Pero debemos tener (aquellos que creemos en el rol positivo del mercado de capitales) la insistencia de plantear ideas y soluciones que puedan contribuir en él mediano y largo plazo.

Si bien aún falta negociar con el FMI, podemos ir adelantando la necesidad de brindar claridad sobre el terreno fiscal a futuro. Es el factor estructural que realmente permitirá bajar el riesgo país, o al menos mantenerlo con una tendencia a la baja.

En un mundo de excesiva liquidez y tasas bajas; y puntualmente en Argentina, de una alta emisión no debemos perder de vista el círculo virtuoso que podemos generar luego de este canje de deuda captando los flujos externos e internos en instrumentos bursátiles.

Saber que quedarán en cartera del fondo de garantía sustentable y el BCRA una cantidad de bonos argentinos considerables podría invitarnos a creer en que el estado puede ser parte de esto y no solo para mostrar poder de fuego y repercutir en las expectativas cambiarias del dólar bolsa y ccl (algo que a veces es necesario pero no deja de ser corto plazo ata) , sino también para promover con más énfasis la utilización de títulos públicos como herramientas de trabajo.

La pregunta obvia es quien quisiera recibir un título de deuda con semejantes malos antecedentes, atado a un cambio de reglas de juego permanentes. Es allí donde los beneficios fiscales, el endeudamiento barato para proyectos privados a través de estos bonos y su utilización como medio de pago en la arcas estatales y privadas debieran ser ideas que no deberían tardar en ponerse en práctica.

Entender que la deuda con contrapartidas no es mala, que el estado debe promoverla como mecanismo de inversión y autofinanciamiento, y que tanto los inversores institucionales como individuales pueden recurrir a ella (para hacer más eficientes sus impuestos, endeudamiento privado y sus ahorros) tiene que ser una premisa que de cumplirse genere círculos virtuosos positivos en favor de la argentina.

Si las empresas privadas premian a sus empleados con acciones de la misma compañía: ¿Por qué no podemos pensar que el poder ejecutivo, legislativo y judicial puede a través de escalas hacerlo con sus empleados? ¿Por qué no podemos invitar a las empresas e inversores sin importar su tamaño a tener escalas predeterminadas por el gobierno (que no dañen el presupuesto anual del estado ni de los privados ) para poder optar por pagar pagar impuestos o suscribir bonos argentinos con la condición de ser tenedores hasta el final de la vida de dichos bonos? ¿Por qué no podemos pensar en mecanismos mixtos de financiamiento para las PyMEs donde los bancos entreguen parte en dinero y parte en bonos para que las mismas los usen de garantía y se financien barato mediante cauciones bursátiles respetando los cupos necesarios? Son sólo algunas preguntas que me hago y que invito a pensar en voz alta.

La demanda de bonos argentinos y su alternativa de utilización en diferentes ámbitos y como contrapartida de diferentes fines vemos que puede generar un efecto derrame positivo en los siguientes aspectos financieros: mayor estabilidad cambiaria, mayor absorción de pesos que no necesariamente tengan como fin su conversión a dólar mep o contado con liqui, mayor acceso a financiamiento de grandes y medianas empresas, mayor disciplina fiscal y por ende mayor recaudación, mayores recursos de financiamiento para el estado, no dependencia únicamente de un mercado internacional de deuda (sino también un mercado interno nacional que permita ser una rueda de auxilio más), por mencionar algunas.

A su vez vemos que como contrapartida se generará un efecto derrame a nivel sociedad: habrá un pacto social implícito al todos los actores sociales tener en mayor o menor medida estos bonos (objetivo común), se generará mayor cultura del gasto y del ahorro y se podrá poner el foco de atención en urgencias políticas con una alternativa más de financiamiento (saliendo de la discusión de si nos endeudamos con emisión monetaria o con deuda externa).

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guido lanzillotta

Guido Lanzillotta

Me recibí de Lic. Administración de Empresas en la UCA. En paralelo curse una diplomatura en mercado de capitales en UCEMA y programas ejecutivos de finanzas en el Instituto Argentino de Mercado de Capitales (IAMC).
Actualmente soy Director Ejecutivo de Assur Capital, una empresa con inversiones propias en el ámbito bursátil, dedicada también a brindar consultoría y servicios financieros a personas físicas y jurídicas.
Previamente ocupé puestos administrativos y gerenciales en áreas de back office, tesorería y mesa de operaciones de la compañía durante más de 10 años.
En 2020 encabecé la lista para la Asamblea General Ordinaria de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires como candidato a Primer Consejero Suplente, siendo actualmente Consejero Titular y Coordinador de la Bolsa Joven y su representación en el J6 (grupo de jóvenes miembros de las cámaras que integran el G6).

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