Si alguien (o una empresa) quiere comprar una compañía, ¿qué debe hacer? Si no está listada en la bolsa, tiene que contactar o reunirse con el dueño y hacerle una oferta económica. Pero si está listada o tiene “oferta pública”, es un poco más complicado por la atomización de sus accionistas (cualquiera puede comprar acciones en la bolsa y ser “dueño” de una partecita).
El 4 de abril, la acción de Twitter (TWTR) se disparó 28% en un solo día luego de que se diera a conocer que Elon Musk se había convertido en el accionista mayoritario de la compañía (informó al regulador que había comprado 73 millones de acciones, o unos 3.400 millones de dólares, que representan un 9,2% de la participación en el capital la firma).
Musk siempre fue crítico de esta red social y sus políticas, que “no respetan los principios de la libertad de expresión”. Lo primero que hubiese pensado fue que armaría su propia red social, como lo hizo Trump creando Truth Social (al cual le cerraron la cuenta en Twitter).
La red social que cuenta con casi 229 millones de usuarios activos en todo el mundo (más de 400 en total registrados), pero con mucha competencia y menos crecimiento de suscriptores nuevos de lo deseado.
El directorio le ofreció a Musk un asiento en la junta directiva, pero Musk fue “por todo”: rechazó esa oferta y decidió redoblar la apuesta realizando una controvertida contraoferta a todos los accionistas a 54,2 dólares por cada acción. Es así como se compran las empresas en la bolsa, a través de una oferta “hostil”, o sin consultar con nadie, simplemente anunciándola. Una oferta pública de adquisición se considera hostil cuando una empresa intenta adquirir otra en contra de los deseos de la gerencia de esa empresa. Los inversores minoritarios que juntos son el mayor grupo, estarán contentos por la suba de sus acciones y se las venderán, porque si nadie lo hace el precio vuelve al mismo valor que antes, o menos.
Una empresa puede defenderse igualmente: de hecho Twitter anunció una medida con la que pretendía evitar la compra conocida como “píldora envenenada”, que es básicamente un mecanismo de defensa con la cual se busca proteger a la compañía contra una posible adquisición hostil: les da a los accionistas actuales el derecho de comprar acciones adicionales con un descuento.
Pero finalmente la junta directiva de Twitter acordó el lunes pasado aceptar la oferta de compra. La firma ahora pedirá a sus accionistas que voten a favor de aprobar el acuerdo. Si Musk desiste del acuerdo o si el mismo se cae, deberá pagar una multa de nada menos que mil millones de dólares. Se aceptó la oferta cuando el empresario logró demostrar que contaba con el financiamiento necesario: para una oferta valuada en 44.000 millones de dólares, obtendrá de diversos bancos 13.000 millones de financiación para el acuerdo respaldados por sus acciones de Twitter y 12.500 millones respaldados por su participación en Tesla (lo cual produjo una caída muy fuerte del mayor productor de autos eléctricos en la semana).
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