20/5/2022 - Política y Sociedad

A contramano

Por Horacio Gustavo Ammaturo

Imagen de portada
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Desde hace décadas la principal moneda del mundo es el dólar estadounidense.

Utilizada internacionalmente como patrón para arbitrar entre el resto de las monedas, poseé la cualidad de ser “Primus inter Paris”, locución latina que lo identifica, literalmente, como "el primero entre iguales", es decir que dentro del mundo de las monedas es la de mayor poder.

Últimamente, en algunos sectores que tratan sobre economía y finanzas, se ha instalado la idea de que por diferentes razones el liderazgo del billete verde habría entrado en discusión y que en algún momento próximo otras alternativas de reserva de valor y de patrón internacional podrían tomar su lugar.

De hecho, personalmente había comenzado a abandonar esta teoría, fundamentalmente por el uso que se había hecho del sistema bancario y financiero basado en el dólar para castigar a empresas y millonarios de orígen ruso, convirtiendo herramientas habituales de la economía en armas de guerra. Tal vez, esto serviría de impulso para que naciones, empresas y titulares de grandes capitales buscarán sistemas paralelos o crearan nuevos modelos menos dependientes de la voluntad de un sólo país.

Sin embargo, la historia de una jóven estudiante agregaría valor a mis presunciones cambiando radicalmente lo que venía pensando.

Juanita, cursaba su último año de la escuela secundaria. Excelente alumna, con promedio superior a 9 durante toda su carrera había aprobado el ingreso a una de las universidades técnicas más importantes de Buenos Aires. Con la intención de abordar en forma simultánea dos carreras, ingeniería y economía, trató sin éxito que la universidad local aceptara la inscripción en ambas disciplinas, con la explicación que por la carga horaria que demandaban resultaría imposible que alguien pudiera afrontar tal compromiso.

Tampoco pudo acceder a alguna beca que redujera los costos para sus padres, a pesar de contar con méritos más que suficientes, los cupos de becas estaban cubiertos.

Además de destacarse como alumna, también era muy buena jugadora de Hockey. Desde hacía varios años, su colegio tenía acuerdos con universidades internacionales para ofrecer estudiar en otros países.

Como era habitual, una universidad de los Estados Unidos visitó el colegio de Buenos Aires para conocer a los alumnos que terminaban sus cursos y ofrecer a algunos seleccionados la posibilidad de estudiar afuera.

Juanita no había pensado en irse del país a estudiar lejos de su familia, sin embargo el rechazo en poder emprender dos carreras juntas la llevó a tentar suerte en la universidad de Estados Unidos. Se registró on line y rindió dos exámenes, uno de idioma y otro de ingreso.

Luego de unas semanas recibió una comunicación de una de las escuelas de altos estudios con la siguiente introducción y propuesta:

“Estimada Juana, nos encantaría que formes parte de nuestro equipo, estamos para mejorar cualquier propuesta que otra universidad te realice. Mientras tanto te ofrecemos:

  1. Que puedas cursar ambas carreras en simultáneo,
  2. 100% de beca para toda la carrera (5 años) en ambas especialidades,
  3. Alojamiento y comida completa en nuestro campus universitario,
  4. Asistencia económica de USD 1.500 por mes,
  5. Como sabemos de tu interés en el deporte, te ofrecemos formar parte de nuestro equipo de Hockey, uno de los mejores de las ligas universitarias. 
  6. Nuestra institución pretende expandir las posibilidades de nuestros alumnos, por esta razón si durante tus estudios decidieras cambiar de universidad tendrás libertad de acción.
  7. Además contamos con el apoyo de grandes empresas que ya han mostrado interés en ti para contactarte con propuestas para futuros empleos."

Una entusiasmada y reconocida Juana encaró a sus padres avisando que, probablemente aceptaría la propuesta. Con mezcla de orgullo, tristeza, frustración y temor, entendieron que la jóven ya tenía alas propias y que otros vientos la ayudarían a volar.

Escuchar este relato de boca de su madre me hizo reflexionar en cuantas Juanas son reclutadas por el mundo por universidades de Estados Unidos, cuántos profesionales de diversas áreas ven mejores oportunidades en esas latitudes, cuántos trabajadores son requeridos recibiendo mejores salarios o qué facilidades tienen quienes desean emprender o dar valor a la economía de un país. 

Juana es uno de los cientos de casos que suceden en Argentina, uno de las decenas de miles que ocurren en latinoamérica y uno de los cientos de miles de los que se producen en el mundo. Existen Migueles y Helenas brasileños, Johanes de Sudáfrica, Marías y Josés, peruanos o Yusuf turcos que son tentados por universidades, empresas o grupos científicos de los Estados Unidos, en busca de la excelencia. Seleccionando a quienes pueden ser los mejores para darles mayores oportunidades y expectativas de desarrollo.

Si observamos a los países que más empresas generan, que más marcas y patentes registran, que más startups inician año tras año, o de dónde son las compañías más grandes del mundo, encontramos siempre a los Estados Unidos. 

El modelo americano va de la mano de premiar a los exitosos potenciando y dándoles reconocimiento y oportunidades.

Es aquí donde yace el verdadero poder del dólar, una moneda utilizada por una nación que poseé sentido común, que seduce desde hace décadas a quien sobresalga en cualquier disciplina, mejorando condiciones y oportunidades, en el entendimiento que frente a lo que estas personas tienen para ofrecer a la sociedad es mucho más que el esfuerzo que la misma debe hacer para contactarlo, seducirlo y retenerlo.

Mientras que el resto de los países carezcamos de esta visión, incluso, hagamos justamente lo contrario y vayamos a contramano, el poder del dólar estadounidense está asegurado, pues cada vez habrá mayores propuestas de valor agregado que ese país tenga para ofrecer al mundo generando más demanda a su moneda.

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horacio gustavo ammaturo

Horacio Gustavo Ammaturo

Soy Gustavo Ammaturo. Licenciado en Ciencias Económicas. CEO y Director de empresas de infraestructura, energía y telecomunicaciones. Fundador y mentor de empresas de Fintech, DeFi y desarrollo de software. Blockchain Product Designer.

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