Las numerosas crisis económicas hacen que Argentina cambie frecuentemente de Ministro de Economía, por los sucesivos fracasos en esta materia. Las salidas han sido variadas y también las circunstancias, pero lo que todos tienen en común es que ninguno ha llegado a consolidar un rumbo sostenido que traiga prosperidad para el país.
El último caso resonante, y bastante fresco, fue la salida de Martín Guzmán, quien supo ser una carta ganadora para el Gobierno, pero terminó resistiendo embates internos de la coalición durante meses. En este contexto, su gestión ingresó en una suerte de guerra de trincheras, y se estancó, hasta que decidió renunciar a través de una carta pública, mientras la vicepresidenta lo criticaba en vivo durante un discurso donde lo comparó con un economista neoliberal.
A pesar de su errática gestión, Guzmán está dentro del top 10 de ministros de economía que más duraron en su cargo desde la vuelta a la democracia. Él estuvo 935 días y se encuentra sexto dentro del ranking. El líder es Domingo Cavallo, que tiene el récord desde la vuelta a la democracia con 2.010 días (5 años, 4 meses y 25 días).
Peor suerte tuvo Silvina Batakis, quien respaldó a Alberto Fernández cuando nadie más aceptaba asumir en Economía, porque solo duró 24 días al frente de la cartera, con la desprolijidad de viajar a EE.UU. a hablar con el FMI en representación de Argentina.
De todas formas, los que menos tiempo permanecieron en el cargo fueron Nicolás Gallo y Jorge Capitanich, que solo estuvieron un día. Afortunadamente, esto es una anomalía, y sucedió al calor de la crisis del 2001, cuando se sucedieron cinco presidentes en una semana.
Desde 1983, se han sucedido 29 ministros deeconomía y, en promedio, han durado un año y cuatro meses cada uno. Pero estos números, más que datos curiosos, permiten visualizar las consecuencias de no tener consensos y políticas de Estado a largo plazo, que logren un crecimiento sostenido del país, una visión estratégica del tipo de producción y revisión de la concentración de la riqueza existente. A casi cuarenta años de democracia ininterrumpida, la pobreza afecta al 37,3% de los argentinos según los últimos datos oficiales, y ese número asciende al el 43,8% de acuerdo al Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica (ODSA-UCA).
Actualmente, el ministro Sergio Massa debe enfrentar una coyuntura compleja. Argentina está asfixiada por la deuda externa, desequilibrios macro y una inflación que, según algunas mediciones, alcanzará el 90%.
A diferencia de las otras gestiones dentro de este Gobierno, Massa tiene más poder, ya que está a cargo de Economía, Desarrollo Productivo y Agricultura, Ganadería y Pesca. Si bien esto no garantiza el éxito, que a esta altura sería estabilizar algunas variables, por primera vez, dentro de la poca cintura del Frente de Todos, se ve un cambio sustancial en el ejercicio del poder.
El próximo 6 de septiembre, el nuevo ministro encarará un viaje a EE.UU., donde se reunirá con las autoridades del FMI, el Banco Mundial y BID, además de representantes de la Casa Blanca, del sector privado y ONGs. Allí, buscará apoyos e inversiones para que en el futuro no lo recuerden solo por ocupar un puesto en el ranking de duración en el cargo, sino por el impacto que tuvo en Argentina.
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