wp:paragraph
El lanzamiento de la nueva película de Disney "LightYear" ha generado una nueva polémica por una razón insólita, al menos para aquellos que creemos vivir en el Siglo XXI. El alboroto se debe a una escena donde dos personas del mismo sexo se besan en los labios. El tiempo de ejecución de la escena es de solo 6 segundos de duración. Eso es todo. En las redes sociales que se hicieron eco de las prohibiciones de la película en 14 países del mundo. Arabia Saudita, Egipto, Kuwait, Qatar, Malasia, Indonesia y Jordania son algunos de los territorios en los que se ha prohibido emitir la película en el cine. Desde Oriente Medio aseguran que esta película “viola las normas de contenido de los medios de comunicación”. Muchos detractores criticaron la cinta con comentarios homofóbicos, las personas que se han unido al boicot contra "Lightyear" defienden que los niños y niñas no tienen la edad suficiente para ver ese tipo de escenas.
Mientras que las películas de Disney Pixar se tornan cada vez más inclusivas a pesar de las críticas, los parques más famosos del mundo también aportan su grano de arena en esta construcción de una sociedad más justa y equitativa. Asistí a Disney Hollywood Studios (uno de los 4 parques situados en Orlando) con una niña de 5 años y mientras seguíamos las indicaciones para ingresar a un auditorio, inocentemente me preguntó qué tenía uno de los miembros del personal. Es complejo explicarle a una pequeña de esa edad por qué a una persona le faltan las piernas, pero es fundamental que desde muy chicos los niños entiendan que todo el mundo puede vivir y trabajar libremente más allá de posibles limitaciones. En Estados Unidos, el Centers for Disease Control and Prevention (mayormente conocido como el CDC) estima que el 13,7% de la población norteamericana con discapacidad (61 millones de personas) se atañe a una cuestión motriz, es decir aproximadamente 8,4 millones de personas tienen dificultades motoras crónicas. Mientras que la situación Argentina es distinta, al menos eso muestran las estadísticas llevadas a cabo por el INDEC. El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos realizó en el año 2018 un relevamiento que aportó las cifras a continuación: el 2,57% de la población total argentina tiene algún tipo de discapacidad motriz, por lo tanto aproximadamente son 1,2 millones de personas. Tomar dimensión cuantitativa de los índices de discapacidad nos permite tomar medidas acordes, tanto a los privados en empresas y vida social, como políticas públicas a nivel institucional. La inclusión de personal con dificultades motrices, incluyendo rampas, anchos pasillos para la formación de filas y auditorios adaptados en todos los juegos, es una forma de naturalizar las discapacidades motrices y así poder generar una sociedad más abarcativa.
Pero quizás mi mayor sorpresa llegó cuando, en una de las atracciones de Indiana Jones, una mujer con una malformación en una de sus manos apareció en el centro de la escena para realizar la interpretación en lengua de señas del discurso del conductor. Aquí también analicé la importancia de la oportunidad que se le da a una persona con cierta discapacidad y también el ejemplo de resiliencia que da a los demás, sobre todo a los niños. Las estadísticas argentinas demuestran que el 1,1% de la población total tiene alguna discapacidad auditiva, es decir aproximadamente medio millón de personas. Por el otro lado, el CDC, estima que 3,6 millones de norteamericanos tienen hipoacusia (deficiencia auditiva parcial) o anacusia (pérdida total de la audición). No es menor aclarar que ni en Estados Unidos ni en Argentina, la lengua de señas no es reconocida oficialmente, a pesar de ser el idioma más utilizado por aquellos pacientes sin oralizar. Tenemos como obligación naturalizar que todos somos distintos, tenemos capacidades diferentes y que nadie debería ser excluido. Éstos son los valores que deberíamos estar no solo enseñándole a las próximas generaciones, sino demostrándoselos con el ejemplo.
Entrada la noche, el cierre audiovisual tradicional tuvo un pequeño cambio que llamó mi atención, el show de fuegos artificiales ya no tenía esas explosiones características, sino que eran muchísimas luces de colores que le hacían competencia a la noche estrellada. La pirotecnia afecta especialmente a los niños con condición del espectro autista, ya que tienen una hipersensibilidad a los sonidos en general. 1 de cada 44 personas en Estados Unidos tienen autismo según el CDC, mientras que en Argentina no se registran datos oficiales. De todas maneras, los datos extraoficiales estiman que 1 de cada 59 personas tienen TEA. Es por esto que existen muchas campañas (a nivel local la más conocida es “Más luces menos ruido”) donde se plantea que no se festeje con pirotecnia sonora, sino con pirotecnia lumínica. Si un niño o adulto con condición del espectro autista se siente molesto puede no mirar el espectáculo luminoso, pero si es sonoro se torna invasivo y casi imposible de evadir. Estos avances tecnológicos nos brindan herramientas para poder ejecutar un show que todo el mundo pueda disfrutar.
Aunque para muchos no sean disposiciones significativas o de gran alcance, es importante resaltar las empresas que de alguna manera se comprometen con causas de inclusión y especialmente aquellas que están presentes en la vida de los pequeños y en momentos claves para su formación. Es por esto que, en el aniversario de los 50 años de Walt Disney World Resort, celebramos las medidas de inclusión que han incorporado en sus parques para que cualquier persona pueda disfrutar de este mágico lugar.
/wp:paragraph
Comentarios