Cuando termine el colegio me orientaba a ser psicóloga, abogada, o a tener mi marca de ropa con mi nombre. Pero en un mundo lleno de opciones, algo profundo se apoderó de mí: querer vivir con una curiosidad constante y ser la mejor.
Este año me propuse enfrentar un desafío que exigiera el camino hacia el éxito. Mark Zuckerberg decía que “en el mundo de las inversiones, el mayor riesgo es no correr ningún riesgo." Lo desconocido se conoce por dejarte con ansiedad, lleno de miedos y paralizado, pero cuando te animas a abrirle una puerta a lo nuevo, en el camino vas
sintiendo que tenes un crecimiento asegurado y descubrís que haber salido de la zona de confort te lleva a un hermoso mundo por conocer y recorrer.
Las finanzas son un mundo ajeno y complejo, el comienzo fue turbulento y mis caídas forman parte de este proceso, pero lo atravieso con adrenalina, lidiando con componentes difíciles como ser mujer, ser linda, ser observada y estar en constante búsqueda del equilibrio entre la feminidad y la seriedad profesional. En esta industria se desvía la atención de un talento escondido. Te sentís subestimado por la competencia... “Que el de al lado tiene más formación que yo, que Pedrito tiene mas conocimientos técnicos, que Juan se recibió en Hardvard y tiene un master en X carrera.” Hasta que me di cuenta que lo mas grandioso de todo es animarse a romper barreras.
Me encanta como mujer trabajar en el ámbito financiero. Es algo que no es fácil para el que empieza de cero, pero disfruto de haber sido valiente, porque de eso se trata, de ser fuerte para superarte, de olvidarte de los prejuicios, de no quedarte clavado en el camino, pero sobre todo, de convertir tus días con un grado de pasión.
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